El Getafe CF probó ante el Sevilla la dureza de la máxima categoría y recordó lo injusto que puede llegar a ser el fútbol de máximo nivel.
El Coliseum se vistió de gala, nunca mejor dicho, para recibir con honores al fútbol de élite después de un año en al infierno, y lo hizo con la visita de uno de los mejores equipos del campeonato, el nuevo Sevilla de Berizzo, al que el Getafe llegó a sobrepasar en muchas fases del partido.
Con un planteamiento basado en la intensidad defensiva y en mediocampo, el cuadro de Bordalás atenazó el juego sevillista durante la práctica totalidad del choque. Djené y Cala solventaron con garantías las tímidas acometidas del conjunto de Nervión, con Antunes debutando en el flanco izquierdo y dejando muestras de calidad y solvencia.
Markel, Arambarri y Fajr se las arreglaban en el centro del campo para imponer su autoridad ante un mermado mediocampo sevillista, y con son estos mimbres el Getafe CF apretaba y buscaba el gol con mucha más intención que acierto. De hecho, una gran jugada azulona en el primer tiempo acabó con Amath mano a mano con Sergio Rico en la oportunidad más clara del partido. El senegalés se llenó de balón y mandó a las nubes lo que ya olía al primer gol en Primera del nuevo Getafe de Bordalás.
La tuvo ya en la segunda mitad Jorge Molina tras un buen pase filtrado por el propio Amath, pero el meta andaluz tapó con acierto y evitó la vaselina del ariete alicantino.
Y en esas, cuando más apretaba el Getafe y más pinta tenía el partido de caer del lado madrileño, una mala salida de la zaga azulona acabó con el balón en los pies de Mercado, que puso un centro raso al corazón del área desde la derecha que Ganso remató con una de esas genialidades que decantan partidos. Corría el minuto 83 y ya poco pudo hacer el Geta, que se queda con la miel en los labios y una buena imagen, pero con un solo punto y cero goles en su casillero tras dos partidos disputados.
Y todo ello en vísperas del gran derbi de la zona Sur a disputar en Butarque tras el parón de selecciones ante un Leganés que colidera la tabla. Pero para eso aún hay que esperar.