La editorial Entricíclopes, radicada en Getafe presenta nuevo libro, esta vez del también getafense Juan Pedro Rodríguez Murillo, escritor y editor. Ediciones Entricíclopes surge de la idea de hacer el mundo editorial un poco más justo para los autores, hablamos con Juan Pedro sobre la editorial y su último libro, para nuestros lectores de Getafe Actualidad.
PREGUNTA: ¿Por qué una editorial independiente?, ¿cómo es la situación de los autores?
RESPUESTA: Lo cierto es que no existen editoriales independientes. Independiente es un término mal empleado. Los mismos editores lo empleamos mal. Toda editorial depende de los distribuidores y de los puntos físicos de venta. Con Internet y las tiendas virtuales esto ha cambiado un poco, pero no lo suficiente para lograr esa independencia. La ley de propiedad intelectual se elaboró para velar por los derechos de los autores, pero estableció un sistema, que yo personalmente veo lesivo, que beneficia más a distribuidores y comerciantes que a las personas que se implican directamente en la creación de la obra literaria. El autor concibe la obra, la escribe, pasa noches sin dormir y se lleva el porcentaje más bajo de los beneficios que genera su obra. Sé que el mundo es así, pero no tiene sentido. Con la intención de cambiar esto surgió ediciones entricíclopes. ¿Lo ha conseguido?, En cierto modo sí, pero a costa de perder impacto en el mercado.
P: ¿Cuál es vuestra línea editorial?
R: En principio, solo editamos los libros que a nosotros nos gustaría leer y tener. Ganar dinero es fundamental, pero no es un factor clave para nosotros. No editamos basándonos en una estimación de posibles ventas.
P: ¿Estáis abiertos a todo tipo de géneros?
R: Nos centramos en la poesía y la narrativa; relato breve y novela. Aunque actualmente hemos hecho una excepción y estamos preparando un libro de yoga. Y no descarto hacer más. Trabajar en esa línea. La búsqueda del crecimiento personal: yoga, meditación, cocina. Pero la poesía seguirá siendo la columna vertebral de Entricíclopes.
P: ¿Cómo es la distribución para una pequeña editorial?
R: No me alegra que me hagas esa pregunta (risas).
Debo reconocer que la distribución es el punto débil de ediciones Entricíclopes. Un asunto en el que tengo que trabajar más, emplearme más a fondo.
P: ¿Cuál es la situación de la literatura en Getafe?
R: En Getafe hay muy buenos escritores, casi todos, por desgracia, desconocidos. En el centro de poesía José Hierro hay grandes, enormes poetas. Yo formo parte del grupo poético divagantes, te puedo asegurar que se crean textos de un elevado nivel poético. Y hay más grupos y cursos. La poesía está viva en el José Hierro. En un plano más narrativo tenemos a Adolfo Gilaberte como figura clave, que publicó hace un año su novela Ezequiel y además da cursos de escritura creativa. Creo que literariamente en Getafe el futuro es prometedor.
P: Como autor has escrito novela y poesía, ¿cuándo empezaste a escribir?, ¿cómo se manejan dos géneros tan dispares?
R: Escribir, uno escribe siempre. Me puse a ello en serio, quizá, hace unos diez años. En el taller que impartía Adolfo Gilaberte en la biblioteca de Getafe. Escribir, leer y corregir lo escrito me atrapó. Empecé a hacer varios cursos a la vez, con Adolfo, con Miguel Ángel Martín en el José Hierro y con Andrés Portillo en un centro cívico. Después la poesía me revolvió, me dio la vuelta, y me centré en ella. Aprendí y trabajé la poesía con Carlos Alcaide, gran poeta y profesor de literatura de Getafe. De ahí pasé a formar parte del grupo poético Divagantes, publicamos juntos Poemáticas Naturales y Amour divagante.
Y ahora, la verdad es que escribo poco. No creo que la poesía y la narrativa sean géneros dispares, creo que se complementan, que así debe ser. Se enriquecen uno al otro. Entonces, no es necesario manejar nada. Al contrario, los géneros manejan al escritor. Yo simplemente muevo los dedos sobre el teclado. Que surge un poema, pues vale, encuentra las palabras y pierde algo de sueño. Que surge un relato breve, bien, encuentra más palabras y pierde más sueño. Que surge una novela, se acabó dormir una temporada.
P: Acaba de ver la luz tu último título La vigilancia de las palabras siguiendo la estela de tu novela La luna no respondió publicada en 2016, ¿qué encontrarán los lectores en este libro?
R: A la naturaleza como protagonista, como personaje, no como entorno o escenario. Naturaleza viva. Estas dos obras nacieron y crecieron juntas, en el mismo entorno, en el mismo peculiar lugar. La luna y la vigilancia van de la mano. De nuevo poesía y narrativa juntas, irremediablemente.
P:¿Qué le dirías a los jóvenes que se inician en la aventura de escribir?
R: Obviamente, que escriban, solo así serán escritores. Que escriban sin pensar en nada, ni en querer gustar ni en recompensas. La recompensa es escribir, terminar un texto e irte a la cama diciéndote: lo logré. Que escriban porque sientan la pulsión, la necesidad de hacerlo. Para un escritor, escribir es una necesidad. Y que revisen los textos, se enfrenten, se peleen con ellos. Y que si tienen que romperlos, los rompan. Así se crece. En la duda se crece.