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500 días de legislatura perdidos entre batallas internas e intrigas

Portavoces de la Corporación

En junio de 2015 arrancaba una nueva legislatura en Getafe marcada por la incertidumbre después de unas elecciones municipales disputadas que arrojaron unos resultados difíciles de encajar.

La irrupción de las nuevas formaciones, el hastío generado por los partidos clásicos y la heterogeneidad en la composición de la Corporación fueron las notas más destacables de una suerte de galimatías político que dejaba una certeza: la gobernabilidad de la ciudad era una quimera.

Tras el pacto de Gobierno de PSOE e IU y el acuerdo de investidura con Ahora Getafe, muchos vaticinaban tensiones entre los distinto Grupos Municipales. Pocos intuían sin embargo que la verdadera batalla se iba a librar internamente.

PSOE y el “Caso Cerdá”

El primer gran escándalo en el partido surgió con la presunta remodelación del equipo de Gobierno que anunció Sara Hernández en marzo de 2016, apenas 10 meses después de iniciar su andadura. En esa reforma del Ejecutivo subyacían, como descubrimos después, cuestiones mucho menos baladíes. La concejala Mónica Cerdá, hoy expulsada del PSOE y ejerciendo de edil no adscrita, perdió fuerza de forma escandalosa en ese nuevo organigrama y, tras una tensa reunión en el despacho de Alcaldía y en presencia de Cristina González, acudió al juzgado para denunciar acoso y hostigamiento tras verse “obligada” a firmar su dimisión.

La posterior retirada de la acusación y el “acuerdo” al que llegaron las partes se saldó posteriormente con la interposición de sendas denuncias contra el Gobierno local por la adjudicación presuntamente fraudulenta de la sala Redint, según considera Cerdá, y por la utilización por parte de la citada Cristina González de tickets de aparcamiento en el parking municipal. Mónica Cerdá, poco después, fue vilipendiada y expulsada de las filas socialistas.

Mientras tanto, la regidora y aún secretaria general del PSOE-M se mueve en el alambre con un Ejecutivo en franca minoría y una posición debilitada en el partido regional.

PP y el portavoz oculto

Llamativo también es el caso del PP, que sucumbió al acuerdo de Gobierno entre socialistas y lo que queda de IU en la localidad y perdió el bastón de mando que ostentó, con más pena que gloria, Juan Soler. El exalcalde tampoco ha sido ajeno a la polémica y permanece escondido y a buen recaudo después de que la Policía irrumpiera en el Ayuntamiento para incautarse de documentación relativa a la adjudicación del proyecto para la construcción del famoso teatro de la calle Madrid.

Desde entonces, Soler ha cedido el protagonismo en el Grupo y las espadas se han afilado en el PP local, con tres facciones enfrentadas que pelean por hacerse con el control interno de una formación hoy por hoy descabezada.

Ahora Getafe y la desunión

Presentada al electorado como “candidatura de unidad popular”, lo cierto es que el devenir de Ahora Getafe no ha podido ser más contradictorio. El proceso interno para elegir los nombres que conformarían la candidatura culminó con Vanessa Lillo, rebotada desde IU, como líder de la formación en un grupo con distintas sensibilidades que, poco a poco, han ido aflorando. En estos 18 meses han tenido tiempo de ser llave de Gobierno para el PSOE, de tumbar unas Ordenanzas fiscales, de ser toreados con la aprobación de los Presupuestos, de evidenciar la ruptura interna con la disidencia de los miembros del POSI y hasta de cargarse a Lillo dándole la “patada hacia arriba” a una de las representantes de Podemos. Y es que la pluralidad no siempre es llevadera.

Ciudadanos y la abstención por bandera

La trayectoria de los dos ediles de Ciudadanos tampoco daría para elaborar un manual de buenas prácticas políticas. La conformación de la candidatura de cara a los comicios de mayo de 2015 estuvo rodeada de polémica y de la denuncia de un militante por la presencia de personas cercanas a la extrema derecha. El asunto se zanjó desde instancias superiores trayendo como cabeza de cartel a una foránea como Mónica Cobo, que aprovechó la inercia para hacerse con dos sillas en el salón de plenos.

No obstante, han llovido acusaciones de financiación ilegal en las agrupaciones y, pese a que no se haya evidenciado ruptura interna, su afición por la abstención puede pasarles factura.

IUCM-LV o lo que queda de ella

Una muestra más de que en la vida hay “amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido”. La fractura en Izquierda Unida (otra ironía a vueltas con las siglas) llevó a varios exmiembros de la coalición a buscar acomodo en otras formaciones más próximas a las nuevas confluencias.

La IU más institucional permaneció irreductible representada por Javier Santos, premiado con la delegación de Deportes por su fidelidad como socio de Gobierno.

Un año y medio transcurrido de legislatura en el que, al margen de devaneos internos y trastos a la cabeza, la ciudad funciona más por inercia que por las aportaciones de los representantes legítimamente elegidos en las urnas.

Cabe esperar que nuestros políticos aprovechen las fiestas navideñas que se avecinan y los días de armonía y fraternidad para centrarse en lo que esperan de ellos los ciudadanos, gestión y trabajo en pos del bien común y sumar esfuerzos para beneficio de la ciudad y sus vecinos.