La durísima situación que estamos viviendo en España por culpa del coronavirus está sacando también lo mejor de los españoles, y ahí están los homenajes que tan merecidamente estamos rindiendo a profesionales como sanitarios, personal de emergencias o profesionales de los Cuerpos y Fuerzas, un orgullo para todos nosotros.
Sin embargo, yo quiero hoy hacer un reconocimiento también a todos esos alcaldes y alcaldesas que están dando un ejemplo discreto, silencioso, admirable, de entrega y compromiso de servicio.
Tengo el honor de conocer bien el mundo municipal, donde empecé en política, donde fui alcalde de una ciudad maravillosa como Alcorcón durante ocho años, y donde fui presidente de los 179 alcaldes madrileños. Pero ha sido ahora, como responsable autonómico de Administración Local, cuando he podido admirar la labor de esos alcaldes con quienes mantengo un contacto permanente y conozco sus esfuerzos y desvelos. Unos ediles que han demostrado desde el comienzo de esta crisis que su vocación política está hecha de lo mejor de la política, que ese compromiso de servicio, esa solidaridad, esa cercanía y esa manera de ponerse a tirar del carro sin límite de horas, sin alharacas, sin quejas ni más peticiones que aquéllas necesarias para sus vecinos.
Por eso es de justicia la petición de la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso -permanentemente atenta al mundo local y sus necesidades-, al Gobierno de España, para que puedan usar el remanente de tesorería para gastos asociados a combatir esta pandemia, y ojalá sea atendida. También me ha parecida muy necesaria su petición de facilitar el abastecimiento a esos pequeños pueblos que esperan a una furgoneta de reparto que les acerca los alimentos, y que no puede suprimirse porque en esos municipios castigados por la despoblación apenas queda comercio alguno. En nuestra región hay más de 70 municipios que están por debajo de los 2.500 habitantes, y más de una decena que están por debajo de los 100 habitantes. Es en esas comarcas, que al aislamiento y la lejanía suman ahora los rigores del confinamiento, donde sus alcaldes están dando un ejemplo aún mayor de humanidad y atención a sus vecinos. Hay que recordar, además, que muchos de esos alcaldes ni siquiera cobran un sueldo, por lo que su esfuerzo cobra todavía más valor, el valor de lo que se hace por amor a tu pueblo y a tu gente.
Este reconocimiento debe hacerse extensivo, en mi opinión, a todos los concejales que conforman los 179 consistorios madrileños y los cerca de 8.000 que hay en España, incluyendo diputaciones y concejos. Pero también a todos los funcionarios, personal laboral y eventual de estos ayuntamientos, sin quienes nada podría salir adelante. Con la ayuda del admirable mundo local, lo lograremos.
David Pérez (Consejero de Administración Local y Vivienda de la Comunidad de Madrid)