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Irene Ferb: «Desde que escribo mi sonrisa está tatuada»

La escritora Irene Ferb, vecina de Getafe, ha presentado el pasado 9 de Octubre su última novela “Ni un zapato más”, un libro con intriga, comedia y romance pero también reivindicación.

Autora de otros cinco títulos, “Abrázame, que no te quiero”,“Crimen se escribe con A”, “Quiéreme si no te abrazo”, “SummerLove” y “Si tiene que ser”, se consolida en el género chicklit tras los anteriores éxitos que destacan por su frescura y agilidad. Hablamos con ella en exclusiva para los lectores de Getafe Actualidad.

Pregunta: Miles de lectores se sumergen en tus líneas, ¿Qué supone esto para ti?
Respuesta: Le da aún más sentido al esfuerzo. Cada vez me es más difícil encontrar tiempo para sentarme a escribir, a veces la única solución es quitarme horas de sueño. Cuando algún lector contacta conmigo para decirme que la novela le ha gustado mucho, me eleva a mi nube particular, una que me hace mirar con perspectiva y darme cuenta de la suerte que tengo. Cuando empecé a recibir opiniones de mi primera novela, Abrázame que no te quiero y advertía que mis personajes, esos que habían salido de mi cabeza, se habían hecho reales en otras, me emocionaba. Es alucinante, creo que desde que escribo mi sonrisa está tatuada en mi cara.

P: ¿Qué te hizo lanzarte a escribir novela?
R: Pues el destino, la casualidad, o la magia. No tenía pensado escribir, en esa época estaba volcada en la interpretación. Una mañana, recordando a un tío mío que acababa de fallecer – casualmente de Getafe – un hombre al que todos queríamos mucho, se me apareció la idea de Abrázame que no te quiero. Pensé: «¡Qué idea más buena para un libro!» Y escuché una voz interna (nada fantasmagórica), que me dijo: «¿Por qué no la escribes tú?» Y me senté, abrí el ordenador y no he podido parar hasta hoy. Descubrí que me apasiona escribir, que me resulta muy sencillo, reparador y, sobre todo, divertido.

P: ¿Qué encontrarán tus lectores en este nuevo título?
R: Mi reto como autora, desde el primer momento, ha sido sorprender a mis lectores con tramas originales, quiero que cuando tengan un nuevo libro mío en sus manos piensen, «a ver qué se le ha ocurrido esta vez». Ni un zapato más vuelve a ser una novela difícil de etiquetar. Parte de una premisa que siempre me ha suscitado intriga: cuando ves un zapato, uno solo, tirado en el suelo. A partir de ahí elaboré la novela. Varios zapatos aparecerán en la puerta de un joven (y guapo) inspector de policía. Pronto descubrirá que pertenecen a mujeres desaparecidas en la zona…

P: La novela romántica ha sido etiquetada como un género menor, sin embargo muestra mujeres reales que hacen visibles problemas y tensiones, ¿cómo se está transformando?
R: Creo que hay cabida para todo y millones de libros para escoger. Yo escribo para entretener, divertir, y si puedo pellizcar un poco el alma, pues mejor. Si eso es “menor” o no, cada cual que lo estime como quiera. Pero os aseguro que he leído libros, como el último de Kate Danon “La joya de Meggernie”, que nada tiene que envidiar a otros géneros más reconocidos, en calidad, trama y originalidad.
Me gusta el chiklit de siempre, me he reído tanto con Marian Keyes que me honra que me etiqueten en su misma categoría. Para mí es actualidad, es libertad, es frescura. Usa personajes cotidianos, de tu día a día, con diálogos ágiles y reales. Por eso gusta tanto, ¿quién no se ha sentido alguna vez como Bridget Jones? Resulta muy sencillo empatizar con los personajes.

P: ¿Cómo es compatibilizar estos dos trabajos tan dispares y exigentes como son el de escritora y enfermera?
R: La enfermería es una profesión dura, no lo voy a negar. Ayer mismo lo hablaba con otra enfermera, la mayoría tenemos válvulas de escape porque necesitamos evadirnos de nuestra rutina. No solo porque convivimos con la enfermedad a diario, sino también por nuestros turnos, mañanas, tardes, noches, festivos… El trabajar fines de semana te concede días libres entre diario que además de para descansar puedes dedicar a tus hobbies; en mi caso, a las teclas.
Pero he de añadir, porque me quedaría corta, que la enfermería es una profesión absolutamente social, trabajo con mucha gente y para muchos pacientes. Me regala, además de sabiduría vital, personajes e historias para mis novelas.

P: Las escritoras, incluso Jane Austen, han experimentado dificultades para obtener reconocimiento y respeto por lo que escriben. ¿Ha cambiado esto?
R: Todavía hay quién me dice: «es que no suelo leer libros de mujeres» y yo pienso, «tú te lo pierdes». Es tan ridícula y retrograda es afirmación que quien la hace se retrata a sí mismo. En mi género no he tenido problemas para publicar, pero imagino que en otros sí que los hay. El mundo está cambiando, sí, pero todavía queda un pequeño remanente machista aparentemente imposible de borrar, en todos los sectores, no solo en el literario. Y quiero añadir, ya que la has mencionado, que ¡ojalá Jane Austen sepa la admiración que han generado sus novelas!, soy una fan suya desde que tengo uso de razón.

P: ¿Cómo se plantea el futuro?
R: Yo escribiendo y que el futuro me depare lo que quiera (que sea bueno, por favor). Prefiero no ponerme metas y disfrutar de todo lo que me está pasando. Hay que trabajar, leer mucho, vivir la vida y así, en modo relajado y feliz, encontrar las historias que merecen ser plasmadas en papel. Probablemente para el año que viene publique una novela con una relación directa con la enfermería y ya estoy sumergida en otra historia muy loca que no me deja dormir.

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